Siempre que vamos de compras, y aunque el presupuesto esté calculado milimétricamente, se suele caer en la tentación de comprar algún capricho: barritas de chocolate, bolsa de patatas o cualquier otra cosa que se encuentre a la vista y nos llame la atención. Numerosos estudios concluyen que cerca de un 70 % de las decisiones de compra se toman cuando se está realizando la compra semanal. En esto se basa el Shelf Ready Packaging, que no es más que la forma en la que se presenta el producto.
Shelf Ready Packaging es la traducción de «embalaje listo para la estantería». Hace que los productos estén a la vista y en eso radica su ventaja, ya que de esta forma se anima al consumidor a su compra. Cuando un cliente no encuentra un producto que está buscando, en la mayoría de ocasiones, si tiene una alternativa visible al lado, se decantará por ella.
Esta no es la única ventaja que supone este tipo de embalaje, pues ofrece otras muchas frente a otros tipos de embalaje, como mejorar la cadena de suministro y la eficiencia en tienda.
Este tipo de embalaje es a granel y para productos listos para ser comercializados. La ventaja que ofrece es que permite que se realice la entrega por parte del distribuidor y, en cuestión de minutos, pueda ser puesto a la venta en su correspondiente estante.
Es un embalaje que favorece de manera exponencial la imagen de marca de un producto, ya que resulta muy fácil de identificar. Ofrece numerosas ventajas para un comercio, como son las siguientes.